Se quedaron realmente sorprendidos
al ver que aquel joven estaba allí.
-¿Qué haces aquí?- preguntó Lucia
un poco enfadada.
-Te recuerdo que esto es una
fiesta. Puede venir cualquier persona.
Era una situación incómoda. Nadie
sabía qué hacer exactamente.
-Bueno, ¿me dejas bailar un poco
con ella? –preguntó tras unos segundos de silencio.
José y Lucia se miraron. No se
querían separar, pero ambos sabían que por un baile no iba a pasar nada.
-Claro. Cuídamela.- dijo José
acercándose a Lucia para besarla.
El chico se acercó a ella y la
cogió de las manos.
-¿Qué quieres realmente, Marc?-
dijo Lucia que no podía aguantar más.
-Yo lo que quiero ya te lo dije.
Te quiero a ti.
Lucia cada vez se sentía más
incómoda. Con todo lo que la había costado decidirse… ahora otra vez viene con
el mismo cuento.
-Marc, yo tengo novio y le quiero
con locura. Y por mucho tiempo que pase, no le dejaré de querer.
Marc sonrió. A él le daba igual
que Lucia tuviera o no novio. Sabía que nada era para siempre y que en
cualquier momento ellos se iban a separar, por unas circunstancias o por otras,
pero debía esperar.
La música sonaba en todo el
recinto. José los miraba distantes
apoyado en la mesa de la bebida.
-¿Sabes?- dijo Marc mirándola a
los ojos.- Estás guapísima.
-Gracias.- dijo Lucia sin apenas
mirarle.
En ese momento, Marc, se dio
cuenta de que si la presionaba, no iba a conseguir nada. Debía pensar en un
plan, pero ahora prefería disfrutar de aquel baile.
Tras unos minutos, la música paró
y la mayoría de personas se fue a descansar.
-Marc, me voy a beber algo.-dijo
buscando con la miraba a José.
Fue difícil llegar a la mesa donde
se encontraba su novio, pero con esfuerzo lo consiguió.
-¿Te has aburrido mucho?- dijo
Lucia acercándose tímidamente hacia su boca.
-Un poco. Pero la espera ha
merecido la pena.- dijo José aceptando el beso de Lucia.
Estuvieron un tiempo hablando,
hasta que decidieron que en aquel sitio hacía demasiado ruido. Fueron a los
alrededores, aunque se escuchara el ruido, era mucho menor.
Lucia no se encontraba muy bien.
En poco tiempo su expresión cambió, le dolía un montón la cabeza y no sabía
exactamente por qué era. Suponía que era por la música, así que no lo dio mucha
importancia.
-¿Qué te pasa, cielo? –preguntó
José un poco preocupado al ver la cara de Lucia.
-No me encuentro muy bien. Pero
será por la música. Necesito relajarme un poco. Será lo mejor.
José se quitó la chaqueta que
llevaba y la colocó como manta en el suelo para poder sentarse sin que se
mancharan.
-¿Quieres sentarte en poco?- dijo
José invitándola con un gesto.
-Claro.- dijo Lucia sonriendo.
Se sentaron juntos mirando el
horizonte. Lucia se apoyó en el hombro de José. Así pasaron los minutos. Lucia
notó como que alguien les estuviera observando, pero la daba igual. Ahora
estaba a gusto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario