Libertad. Un gran fin de semana la
esperaba. Ya había terminado todo el sufrimiento de las clases. Volvía
contenta. Lo más seguro es que hoy viera a José. Y, si eso pasa, mañana tendría
que contarle algunas cosas a su madre. Caminando, se encontró con un viejo
fantasma del pasado. La razón de algunas de sus antiguas pesadillas. La razón,
por la cual su reino de fantasías no existía. Un chico. Un chico que arruinó su
vida hace mucho tiempo. Un chico que fingió que la gustaba para luego
traicionarla. Lo único que le interesaba era información. Ella le contaba
cosas, que luego él se las decía a la chica más popular de la clase. La hizo
mucho daño. No quería ni mencionar su nombre. Desde ese momento decidió no
volver a hablar con chicos y menos contarle sus cosas. Pero… ¿ha roto su
promesa? Sí. La ha roto. No se acordaba del daño que sufrió. Ya no había vuelta
atrás. Ella confiaba en José. No tenía ninguna razón para traicionarla. ¿Por
qué lo haría? Tal vez, realmente la quiera. Con lo feliz que era. ¿Por qué se
ha tenido que acordar de él? En clase también se acordó. Y ahora se ha
encontrado con él. Han pasado muchos años pero Lucia todavía no ha podido
olvidar. No quiere olvidar. ¿Qué está
haciendo? Imposible. Se está acercando hasta ella.
-Hola, Lucia.- dijo sonriendo.
Lucia estaba asombrada. Después de
tanto tiempo la ha reconocido. No pensaba hablar con él. Lo único que quiere es
llegar a su casa.
-¿Todavía me guardas rencor?-dijo el
chico.
Lucia ya no lo soportaba más.
-¡Pues claro! Déjame vivir. Me
hiciste mucho daño. Yo te quería. Yo confié en ti. Te conté mis verdaderos
secretos. Secretos que los sabían solo personas de confianza. Pero me equivoqué.
Tú no eras una de ellas. Solo me utilizabas para sacarme información y luego
dársela a quien realmente te gustaba. Pero ella pasaba de ti. Te estaba
utilizando igual que tú conmigo. Asique ahora, si no te importa. ¡¡Déjame en
paz, Marc!!- dijo Lucía enfadada.
-Oye, que solo he venido para
hablar contigo. No vengo ni a sacarte información. Yo ya no me junto con la
misma gente, ¿Sabes?- dijo Marc.
-Ni yo tampoco. He cambiado.
-Mira Lucia. En estos años yo he
pensado. Me he dado cuenta de que me equivoqué, pero es que tan solo tenía 11
años. Ahora tengo 14, soy más maduro.
-Eso habría que verlo.- dijo Lucia
sin mirarle.
-Yo no he venido aquí a discutir.
Yo he venido aquí para decirte una cosa, sé que no tengo ni derecho a pedírtelo
pero, quiero volver a salir contigo.
Lucia no se esperaba para nada
aquellas palabras. Ella quería a José y un chico que no ve desde hace 3 años no
le iba a quitar sus sentimientos.
-Pues llegas tarde. Tengo novio y,
por cierto, me está esperando. No quiero hacerle esperar. Adiós.
Con esas últimas palabras, Lucia,
dejó atrás a Marc. No quería seguir hablando con él. Todavía sentía algo.
Sentía dolor. Creía haberlo superado, pero al verle hoy, pidiéndole eso…
¡¡Dios!! ¿Por qué todo es tan complicado? Ella quiere a José y está segura de
eso. Pero, ¿sigue sintiendo algo por Marc?
No hay comentarios:
Publicar un comentario