Porqué a mí. Hace un mes, estaba
sola. Sin nadie que la quisiera. Pero ahora… tiene a dos personas que luchan
por ella. Una, ya tiene conquistado su corazón, pero la otra, está entrando
poco a poco en él. ¿Irá a la fiesta de esta noche? Lo último que necesita es
encontrarse con él. Ahora mismo, lo único seguro es que cuando está con José,
el mundo no existe. Todo es perfecto. Pero… Marc tiene algo que todavía la
llama la atención, y un cuerpo de escándalo.
-Maldito destino.- pensó Lucia.
Todos la miraban en la mesa.
Estaba como ausente.
-Tata, ¿te pasa algo?- preguntó
Lydia.
-No, cielo. Va todo bien.
Deseaba que la comida terminara
rápido. No tenía ganas de hablar con nadie. No podía contarle lo que pensaba a
nadie, y eso la comía por dentro. Posiblemente si se lo diga a José, se enfade.
Y ya no tiene amigas, pero está orgullosa de ello. Lo que más añora son las
tardes con todas las chicas. Hablaban de todo las novedades, hacían una sesión
completa de maquillaje y se quedaban a dormir todas juntas.
-¿Quieres más?- preguntó su madre.
-Gracias, pero no tengo hambre.
-Vale. Si necesitas algo,
avísanos.
Lucía no tenía hambre. Quería
estar sola.
-Ya he terminado. Me voy a mi
habitación.- dijo Lucia levantándose se la mesa.
Subió y abrió su correo. Se
impresionó mucho al ver que había recibido un mensaje que había esperado
durante mucho tiempo, pero que últimamente, no se acordaba de ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario