Lucia cerró el MSN con un
pensamiento: Mañana le verá. Bueno, los verá. Su amor y un chico, que hace
tiempo, lo fue. Le daba igual lo que hubiera sido antes, lo que le importa es
lo que es ahora. Y ahora ella está con José. Marc no podía hacer nada para
hacer que, de repente, le perdonase. Su corazón no funcionaba así. Es injusto
que tenga esa mentalidad. Ni que fuera un juguete.
-Mami, ¿qué hay de cena?- dijo la
pequeña Lydia.
Hace mucho tiempo que no habla con
su hermanita. Lleva toda una semana muy rara.
-Hay filetes, princesita. Pon la
mesa, que enseguida salen de la sartén.
La pequeña ponía la mesa mientras
que Lucia ayudaba a su madre con los filetes. Su madre no era muy buena en la
comida. De eso, se encargaba su padre.
-Ya están listos.- anunció Lucia.-
¡A cenar!
Fue una cena muy tranquila, ya que
casi nadie sacaba ningún tema de conversación. Estaba todo realmente
silencioso.
-Bueno t, ¿qué tal te lo has
pasado esta tarde, Lucia?- dijo Paula rompiendo el hielo.
Lucia se temía esa pregunta. ¿Qué
la respondía? ¿Qué era como otra normal y magia con el chico perfecto?
-Bien, mamá. Ha ido todo muy bien.
-¿Qué ha pasado esta tarde?- dijo
el padre que no sabía de qué iba la cosa.
-Tu hija ha quedado esta tarde con
el chico tan majo que nos atendió en Faunia.
A su padre no le gustaba que su
hija saliera con chicos. Todavía era muy joven. Aunque eso no le importaba a
Lucia. Era propio de todos los padres.
-No hemos hecho nada, tranquilo
papá. Solo estuvimos dando un paseo y andando. Mañana por la mañana, nos
volveremos a ver y por la noche tengo una fiesta.
Sus padres no estaban muy de
acuerdo con su hija, pero necesitaba un respiro. Hace mucho que no salía,
aunque ahora algo ha cambiado. Mejor dicho, alguien. Un chico ha entrado en la
vida de su hija.
-Vale, hija. Pero ten cuidado. Tú
sabes lo que haces.- dijeron sus padres.
Lucia sonrió maliciosa. Creía que
le costaría más haber convencido a sus padres.
-Muchas gracias, papis.- dijo con
voz cariñosa mientras recogía sus platos.
Al terminar de quitar la mesa,
subió a su cuarto. Se puso cómoda. Esta noche eligió un pijama de tirantes
blancos con unos shorts del mismo tejido negros. ‘’Se está realmente bien’’
pensó Lucia. Deseaba que ya llegaran las vacaciones de verano. Tan solo
quedaban unos días, pero parecían realmente largos.
No la apetecía encender su
ordenador asique optó por leer un rato. Cogió un libro que la había regalado su
madre hace poco. No lo había empezado. Le llamaba mucho la atención el título: ‘’Quantic Love’’. Por lo que había escuchado,
hablaban bien de él. Una amiga se lo recomendó al gustarle la literatura
juvenil romántica. Empezó a evadirse de la realidad con los primeros párrafos.
El tiempo pasó sin darse cuenta. Al leerse los primeros 10 capítulos comprobó
la hora. Aunque para ella parecía que había pasado 5 minutos, habían pasado 30.
Aunque se moría por seguir leyendo un poquito más de ese libro, se moría de
sueño. Había sido un día de muchas emociones. Sobre todo por culpa de Marc. Pero
el amor de José, es el más fuerte de todos.
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