sábado, 11 de febrero de 2012

Capitulo 32


Ya había llegado. La estaba esperando. Estaba sonriente.
-Hola, amor. ¿Qué tal estás?- dijo José abrazándola.
¿Se la notaba? Seguramente él lo veía. Ella era muy transparente.
-Pues no muy bien. Te tengo que contar una cosa que me ha pasado hoy.
-¿Es muy grave?- dijo un poco preocupado.
-Uff… escucha y luego valora.
Estaba nerviosa por la reacción que podría tener José al contarle las cosas. Pero era algo que debía hacer. Era necesario:
-Pues yo hace unos años, tenía un novio que me hizo mucho daño. Y desde entonces decidí no volver a salir con un chico, hasta que te vi a ti. Yo no soy nada atrevida, a demás, hice una promesa que iba a cumplir. Pero contigo me fue difícil. Sentí un flechazo. Al verte, mis piernas se movieron solas y fueras hacia tu encuentro. Pero bueno, ese no es el caso. Ese chico que me hizo tanto daño, se ha presentado hoy. En la puerta del instituto, y me ha dicho que quiere recuperarme. Que siente mucho todo el daño que me hizo…
José sentía que le clavaban una gran lanza en el pecho.
-Y supongo que tú querrás volver con él, ¿no?- dijo casi sin poder hablar.
-No. Yo no quiero volver con él. Esa promesa la hice por su culpa. Yo no olvido. Y pienso en el presente. Y mi presente está contigo. A tu lado. Y porque un chico al que prácticamente se podría decir que le odiase venga a decirme que me quiere, no va a cambiar nada.
Tras esas últimas palabras, José empezaba a coger aliento. Sentía que volvía a respirar.
-Muchas gracias.- dijo José mirándola a los ojos.
-Gracias, ¿por qué?
-Por elegirme a mí, en vez de a él.
-No tienes porque dar las gracias por algo que no tiene mucha complicación. Yo te quiero.
Lucia se abalanzó a la boca de José y, tímidamente, le dio un beso. Un beso muy dulce.
-No sé que hubiese hecho si, hace unos minutos, me hubieses abandonado.
-Tranquilo. Por el momento no lo voy a hacer.- dijo Lucia sacándole la lengua.
-¿Por el momento? ¿Tienes pensado dejarme más adelante?
-Posiblemente.- dijo Lucia riéndose.
-Pues entonces te tendré que demostrar que soy el chico de tus sueños.
-Demuéstramelo.- dijo Lucia susurrándole en el oído.
En ese momento, José besó a Lucia apasionadamente. Ese era uno de esos besos que no se te olvidaban en mucho tiempo.
-¿Te lo he demostrado ya?- dijo José, que ahora era él quien la susurraba en el oído.
-Puede ser…- dijo Lucia dándole otro beso.
Al acabar, José dijo unas frases de lo más profundo de su alma:
-Por favor. Nunca me dejes.
-Nunca lo haré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario