Es guapo.
Realmente guapo. ¿Estarán juntos? Eso era lo que invadía la mente de todas las
chicas de la fiesta. Sobre todo de una. Sofía. No paraba de mirar a José de
reojo. Si no estuviese con su amiga, ya estaría ligando con él. ¿Dónde se
habrán conocido? Su amiga casi no sale últimamente. Y chicos como él no se
dejan ver en sitios corrientes.
Lo que
Sofía tenía realmente claro, es que en esa noche descubriría si realmente su
amiga y el guapo misterioso salían juntos. Si es así no hará nada. Ella respeta
lo de las demás sobre todo, si es de una amiga. Pero si solo es un amigo
acompañando a una amiga, las cosas cambiaban. Cambiaban mucho.
Mientras
que Sofía estaba de pie, hablando con otras personas sin quitar el ojo a la
parejita, Lucia y José estaban sentado en un sofá. Solos. Se sentían incómodos.
Sobre todo José. No conocía a nadie. Allí él era un extraño acompañando a una
amiga. ¿Amiga? ‘’Ojalá fueran otra cosa’’. Pensó. Es tan guapa y tan especial.
No ha conocido ninguna chica como ella. Lo que realmente le gusta es su
preciosa mirada. Cuando la mira siente que sus ojitos brillantes solo le miran
a él. Que es el único chico del universo y, que lentamente, se inclinaría sobre
ella para darle un dulce y tímido beso en los labios. Pero la realidad era que
los dos estaban sentados en un sofá. Pero juntos.
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