domingo, 29 de enero de 2012

Capitulo 26


La visita en el museo ya había terminado. Todavía era las 12. La visita ha sido más corta de lo que esperaban.
-Chicos, yo estoy muy cansada. Yo creo que sois lo suficiente responsables para volver solos y hacer lo que queráis, ¿no? Hasta dentro de una hora sois mi responsabilidad, pero yo os daré un voto de confianza, al haberos traído amigos. Como algo salga mal, no volvéis a salir, ¿está claro?
-Sí.- dijeron todos a la vez.
-Perfecto. Así estaremos solos.- dijo José susurrando en el oído a Lucia. Sus brazos pasaban de los hombros hasta la cintura de Lucia.
-Cuando quieras nos vamos.- dijo Lucia dándole un beso.
Sofía y su grupo no paraban de mirarlos. Con rabia y envidia. A Lucia le sorprendió Carla. Las estaba siguiendo el juego. Ni siquiera decía nada. Creía que era diferente. Últimamente no le iba nada bien con sus amistades.
Lucia no se podía creer lo que estaba viendo. Sofía sacó una cajetilla de tabaco y sacó un cigarrillo junto con un mechero. Se lo metió en la boca y lo encendió.
-Tú desde cuando fumas.- dijo Lucía acercándose a Sofía.
-Y a ti que te importa.- dijo Lucia sin apenas mirarla.
-Pues será porque todavía me sigues importando.
-Pues deberías de olvidarte de mí.
-Sí. Debería. Ahora me tengo que ir. Adiós, Carla.- dijo Lucia volviendo con José.
-Vámonos.
-Te sigo.- dijo José.
-Me estoy empezando a hartarme del grupito.-dijo Lucia un poco enfadada.
-Cariño, si no te aceptan deberías olvidarlas.
‘’Cariño’’. Todavía no estaba acostumbrada a que nadie las llamase así.
-Ya lo sé.- dijo Lucia con voz triste.- Pero es que no puedo olvidarme de un día para otro de la amistad que hemos tenido Sofía y las demás.
-Si hicieras eso, serías una falsa. Tus sentimientos no pueden cambiar tan rápido.
-Ya lo sé. El colmo ha sido cuando se ha puesto a fumar. Eso no me lo esperaba.
-¿Cuándo estaba contigo no fumaba?
-No. Para nada. Se lo hubiera impedido. Odio a la gente que fuma.
-Jajaja, yo también.- dijo José.
-Bueno. Prefiero hablar contigo. Estar a tu lado.
-Y bueno, ¿dónde quieres ir?
-No sé. Con estar contigo me sirve.
Lucia se dio la vuelta y besó a José. La verdad era que no le importaba ir a ningún sitio. Solo tendría que estar con él.
-A mí me pasa lo mismo.
Andando sin pensar, llegaron a un campo totalmente desierto. Tenían muchos árboles y todo estaba con sombras. Era un sitio perfecto para un verano como ese.
-¿Nos sentamos allí?- dijo Lucia.
-Sí, claro. Vamos.
Se sentaron bajo la sombra de un árbol y empezaron a hablar.
-Dentro de poco empieza el verano.- dijo José.
-Sí dentro de dos semanas. Pff.
-¿Qué pasa?
-Que esta semana tengo los finales. No me acordaba.
-Seguro que te salen bien.
-Pff. Ojalá. Lo único bueno es que dentro de poco podremos vernos a diario.
-Sí.- dijo José dándole un beso a Lucia.
-Te quiero. Te quiero. Te quiero.- dijo Lucia mirando a los ojos a José.
-Y yo también. ¡Dioooooos¡
-Jajaja que pasa.
-Que te quiero de una forma que nunca podía haber llegado a imaginar. No hay palabras para expresarme. Es algo que no te puedo transmitir. Estos 3 días han sido los mejores de mi vida.
Lucia sonrió. A ella le pasaba todo lo que estaba diciendo.
-¿Sabes? A mí me pasa lo mismo.
-Contigo nada es igual. 

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