viernes, 27 de enero de 2012

Capitulo 6:)



Estaba paralizada. Era lógico. El chico más guapo del universo está sentado a su lado. Y encima la había acompañado. A ella. ¿Se pasarían así toda la noche? No estaba dispuesta a pasar una de mejor noche de su vida sentada en un sofá bebiendo una fanta de naranja mirando a las demás parejas bailando.
Antes de que Lucía dijese nada, escuchó un susurro.
-¿Quieres bailar?- le dijo José con una voz muy dulce.
A Lucía se le habían subido los colores en unos pocos segundos. Sentía la sensación de su boca tan cerca…
-Cla-claro.- respondió ella con una sonrisa tonta.
José cogió delicadamente la mano de Lucia. Ella se dejó llevar. En pocos segundos, se encontraban bailando una preciosa canción para los enamorados de la sala. Los dos se miraban fijamente. Sentían una gran atracción en ambos. Se tenían tan cerca y a la vez tan lejos.
Bailaban juntos, pero no decían nada. Todas las personas de la sala solo se fijaban en ellos dos.
Estaban ambos muy nerviosos. En medio del baile, Lucía, cogió del brazo a José y le condujo hasta el jardín de aquella casa. Se sentaron en un banco de piedra que había en el jardín, delante de una fuente. Se miraron fijamente. Los ojos de Lucia empezaron a iluminarse.
-Lucía, me encantan tus ojos cuando están así.
-¿Cómo están?- preguntó ella un poco nerviosa.
-Tus ojos me iluminan. Brillan como nunca había visto brillar unos ojos.
-Gracias.- dijo ella sorprendida.
José se iba inclinando poco a poco hacía la boca de Lucia.
¿Qué hace? Pensó ella. Lo quiere. Lo desea. Pero, ¿es el momento idóneo? La está casi rozando.
Lucia amaga el beso y la boca de José acaba en su mejilla.
-Lo siento. Me dejé llevar. Será mejor que me vaya.
Lucía se sentía mal. ¿Qué acaba de hacer?
-No, no. Espera. No sé lo que me ha pasado.- dijo Lucia cogiendo de la mano a José, levantado ya del banco.
Lucia se levantó y se puso junto con él.
-Es que, no me creo todo lo que me está pasando. Los nervios me han traicionado.
-¿No te crees lo que te está pasando? No lo entiendo.- dijo José sin entender nada.
-Pues sí, tonto. No nos conocemos de nada. Solo de esta mañana. Solo hablamos una vez y unas horas después estamos los dos. En una fiesta. Casi besándonos. Me confunde un poco, compréndeme.
-Te comprendo. A mí me pasa lo mismo. Pero es que tú eres muy especial para mí. Me siento  gusto y cómodo contigo. Aunque no hablemos. Hace unos segundos me dejé llevar, creyendo que…
Lucia no le dejó terminar. Cuando José se quiso dar cuanta, los labios de Lucia estaban sobre los suyos. Era un momento mágico para los dos. Se separaron lentamente. Ese fue un momento que ninguno quería que llegase. Estaban cómodos cada uno entre sus brazos.
-No hables tanto.- dijo Lucia sonriéndole.
-Si lo llego a saber, me paso toda la noche hablando.-respondiéndola con una sonrisa verdadera. De oreja a oreja.- ¿Volvemos?
-Sí, claro.
Entraron al salón cogidos de la mano.
-No nos han quitado ojo.
-Rectifica. No te han quitado ojo. Es que estas muy bueno.- dijo Lucia sacándole la lengua.
Una música lenta reinaba en la sala. Pero a José y a Lucia no les importaba.  En aquel momento les daba igual todo. El mundo no existía. Solo ellos dos. Él y ella. Los dos. Uno solo. El tiempo que se conocían parece 2 años. Se han abierto muy rápido. ¿Será bueno? No lo saben. Pero los dos han decidido arriesgar. Ninguno quería que la noche acabara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario