¿Qué hora
es? Seguramente muy tarde. Debería irse ya a su casa. A lo mejor la madre de
Lucía llamará y ella no estará para coger el teléfono a tiempo.
-Oye
chicas. Yo me voy ya. Una fiesta estupenda Isabel.
-Vale…
esperaba que te quedases un poco más de tiempo.-dijo Isabel.
-Ya… pero
es que tengo que estar en mi casa por si la madre de Lucia llama.
-¿Dónde
se ha ido Lucia?
-Se ha
ido con José.
-¿Quién
es José?- preguntaron todas las chicas a la vez.
-Jajaja,
vale os lo digo pero… ¡No me comáis!
-Cuenta.-
dijo en esta ocasión Rocío, la más inocente de todas.
-Uy,
Rocío, Rocío. ¿Eh? Bueno vale. Os lo
cuento ya. José es el chico que ha acompañado a Lucia a la fiesta.
-¿El tío
ese que estaba tan bueno?
-Sí ese.-
dijo Sofía.
-¡Jo! Qué
pena. Aunque pensándolo bien, como un chico como él iba a estar solo.- dijo
Rocío.
-Bueno yo
ya me voy. Hasta otro día, chicas.- dijo Sofía ya casi saliendo de aquella
casa.
¡Mierda!
Pensó Sofía. Mucha ayuda, mucha ayuda y se me ha olvidado preguntarles cómo se
conocieron. Tenía mucha curiosidad. Sobre todo por saber dónde encontrar a
chicos como él. ¿Tendrá algún hermano? Ojalá. José es inaccesible en estos
momentos y, conociendo a Lucía, nunca lo dejará escapar.
Ya
quedaba poco para llegar a su casa. En realidad, todas estaban muy cerca.
Vivían a pocos metros de sus amigas. ¡Eso si que era suerte!
Cogió las
llaves y abrió la puerta. En la mesita de la entrada se encontró una nota:
‘’Hija,
me han llamado del trabajo y me he tenido que ir corriendo. Espero que te lo
hayas pasado bien en la fiesta. No podré confirmar si has venido a la hora que
tenías de regreso, pero confío en ti. Si te has quedado con hambre, ha sobrado
un poco de sopa. Está en la cocina. Besos.’’
¡Genial!
Pensó. Ya no se tenía que preocupar si Paula hubiese llamado. Porque no había
nadie en casa. Lo malo es que ser policía tienes sus desventajas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario